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Tus Deseos son Órdenes

  • RitaX Díaz
  • 26 jul 2017
  • 3 Min. de lectura

Quiero comenzar esta reflexión con una fábula:


Érase una vez un matrimonio que vivía al día, el esposo era pescador y la mujer ama de casa...

Éste le dijo: “¡yo soy un genio! Si me dejas ir, te concederé todo lo que me pidas, cuando quieras algo llámame cantando: solín solán, querido pescado que un favorcito te vengo a pedir”, y el pescador decidió soltarlo sin pedirle nada por el momento.


Se fue a su casa con la demás pesca y le contó todo a su mujer...


¡Corre y pídele que nos dé una mansión!”. Entonces el pescador regresó con el genio y le cantó: “solín solán, querido pescado que un favorcito te vengo a pedir”

El genio salió y al decir el pescador el deseo, fue cumplido. De regreso a su casa su esposa estaba muy molesta y le dijo: está muy bien que ahora tenemos una casa grandísima, pero ahora necesitamos servidumbre, ve con ese genio y pídele que nos mande servidumbre para limpiar la casa.


Y va de regreso el pescador a pedir ese deseo al genio, le cantó: “solín solán, querido pescado que un favorcito te vengo a pedir”. Al contarle el deseo, fue echo inmediatamente y de regreso a su casa su esposa lo estaba esperando nuevamente en la puerta muy molesta y le dijo:


Y así fue… y una vez más llegó cantando: “solín solán, querido pescado que un favorcito te vengo a pedir”, y el genio salió un poco más serio que las veces anteriores, pero aun así le concedió el deseo al pescador.


Llegando a casa la mujer lo esperaba más molesta que las veces anteriores, y el pescador no entendía la razón, y le preguntó: “¿Ahora qué quieres mujer? Su esposa le respondió: “ese genio nos ha dado tantas cosas que ahora quiero que el sol salga de noche y la luna de día”. El pescador algo frustrado y muy cansado fue con el genio y nuevamente cantó: “solín solán, querido pescado que un favorcito te vengo a pedir”; el genio salió un poco molesto y le preguntó qué era lo que quería ahora, el pescador le respondió:


Moraleja: nosotros los seres humanos nunca estaremos satisfechos con lo poco o mucho que podamos tener, pero la Biblia nos dice algo al respecto en Proverbios 27:24 “…pues las riquezas no son eternas ni la fortuna está siempre segura”.


¿Te ha sucedido que le has pedido todo a tus papás y te han dado la mayor parte de lo que pides? ¡Ten cuidado! Posiblemente estás cayendo en el error que cayó la esposa del pescador. A veces nuestros padres lo hacen con una buena intención, para que vivamos mejor, pero recuerda: tenerlo todo en la vida no te hará feliz y no es lo mejor que puedes tener.


Como seres humanos siempre vamos a desear más cosas o comodidades, como el último estilo de tinte, la camisa de moda, los zapatos o accesorios del momento, pero es bueno recordar que lo material no siempre nos ayuda; al contrario, desear mayor cantidad de cosas materiales podría distraernos de lo más importante, como de nuestras relaciones, nuestras responsabilidades, etc., porque en lugar de estar agradecidos por lo que tenemos, estaremos pensando en qué más podemos tener así como la esposa del pescador.


Has escuchado hablar a esas personas que solo comentan sobre su último juego para x-box, su último vestido, su último celular o su más reciente compra… llega el punto que es imposible platicar con ellos porque sólo hablan de ellos mismos y de lo que tienen, ya que están distraídos por los bienes materiales.



¿Qué opinas? Nos gustaría escucharte o leerte. Escríbenos.


Recuerda que en Pastoral Arjegón tienes Amigos, Hermanos, Consejeros para Ayudarte en la Vida.


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