¡Super Emociones!

Sé que te ha pasado, pensar: -No debí haber dicho eso... - No debí haber reaccionado así...

¿Sabes por qué lo sé?, porque a todos nos ha pasado alguna vez.

¿Recuerdas ese día en que no querías que nadie te hablara por tantas cosas que habían pasado y a tu mamá se le ocurre la buenísima idea de regañarte por algo que ni al caso? Resultado: Dijiste cosas que no querías decir.

Las emociones son nuestras respuestas a estímulos externos. Si alguien me empuja inesperadamente puedo sonreír o enojarme... Lo que haga después dependerá de si yo controlo mis emociones o ellas me controlan a mí.

Estas son las emociones básicas:

El asunto con las emociones es que son intoxicantemente deliciosas. ¿Por qué? PORQUE CUANDO SIENTES TANTO DE UNA EMOCIÓN, NO QUIERES PARA DE SENTIRLA. Por ejemplo, cuando te enojas tanto que sientes que puedes tener el control de todos y de todo, así que sigues usando tu furia sin darte cuenta cuanto estás dañando a los que están junto a tí. Lo mismo pasa con cada una de las otras emociones, incluso cuando te sientes tan triste que quieres seguirte sintiendo mas triste porque es delicioso quedarte en silencio llorando sin que nada ni nadie te moleste...

Cada emoción en medida desordenada puede desencadenar muchos problemas en tu vida, o ya los está provocando. Por eso Dios nos dá consejos en la Biblia para dominar nuestras emociones y no hacer cosas de las que luego podamos arrepentirnos.

¿Has escuchado la expresión: eres lo que comes? Algo así es esto. Tengo un amigo que hace algunos años era extremadamente agresivo con todas las personas. Él no sabía por qué, pero disfrutaba mucho doblarle las manos a las personas, hacerles llaves y todo ese tipo de juegos que terminaba por incomodar a los demás. Fue claro cuando notamos que pasaba horas viendo la WWE (Lucha Libre Norteamericana).

Es necesario que sepas de qué estás llenando tu mente, porque de eso que la llenas, es lo que te direccionará en tus pensamientos. Leer Ana y Mía (lecturas sobre anorexia y bulimia) podría terminar llevándote a practicas que lamentarás. Mejor, llénate de canciones positivas, buenos libros, conferencias que te ayuden.

No es que no puedas divertirte, sólo hazlo sanamente y llénate, por sobre todo, de Dios (lee la Biblia, ora, ven a los programas juveniles para escuchar de Dios).

¿Has escuchado el proverbio: nunca decidas algo cuando estés muy feliz o muy enojado? Exacto, las emociones te pueden cegar y no darte cuenta que estás cometiendo un SUPER ERROR al pensar que nunca más necesitarás a una persona o que debes darle una lección a alguien.

La Biblia te aconseja: calma tus emociones primero. La mejor manera de hacerlo es pensar en Dios. En el caso del que escribió el Salmo de la imagen, las personas importantes para él estaban diciendo chismes de él, mientras tanto él pensaba en Dios para calmar sus emociones y no hacer algo de lo que después pudiera arrepentirse.

Cuando estés muy emocionado con alegría, enojo, tristeza, sorpresa, miedo o disgusto piensa en Dios, piensa en que es bueno, date un tiempo para cantarle algo o hablar con Él a través de la oración. Es fantástico cómo pensar en Dios puede tranquilizarte y ayudarte a pensar mas claro.

Es tiempo de tomar las desiciones, pero cuidado: PIENSA BIEN ANTES DE ACTUAR. La Biblia también dice que en la abundancia de consejeros está la sabiduría. Tomate tiempo para decidir, no demasiado, pero por lo menos:

- Pregúntale a Dios si es buena idea lo que has pensado.

- Consulta con personas maduras y de confianza.

- Lee tu Biblia para ver que encuentras respecto de tu situación.

- Revisa los pros y contras.

- Piensa en las dos mejores posibilidades y usa tu imaginación para pensar que pasaría si tomas una o la otra.

Ahora sí, es tiempo de hacer, pero sin olvidar la humildad y que lo que hagas te debe traer paz a pesar de la circunstancia, la paz de saber que haces lo que a Dios le agrada y lo que te traerá el mejor resultado.

Como puedes notar, las emociones son buenas, pero peligrosas si permites que ellas te controlen.

Te invito a hablar con Dios y entregarle tus emociones, pedirle la fuerza para controlarte la próxima vez que estés a punto de cometer un error por un exceso de emoción y que puedas Llenarte de lo Bueno, Apartarte a Pensar en Dios, Decidir lo que te Conviene y Hacer lo que te Traerá Paz.

Escríbenos si tienes alguna duda o comentario de este tema, queremos escucharte.

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